El 98% de las gallinas que se utilizan para poner huevos pasa su vida en  jaulas dentro de enormes bodegas donde ni siquiera pueden darse la  vuelta o extender un ala. Y cada año, millones de pollos macho son  desechados en bolsas de basura hasta que se ahogan o mueren de hambre,  porque son inútiles para la industria de los huevos.
A las gallinas de granja industrial se les corta el pico con máquinas de  cuchillas calientes una vez, a  menudo dos veces, durante su vida,  normalmente cuando sólo tienen un día de nacidas y otra vez cuando  tienen siete semanas porque a menudo, un pico joven  vuelve a crecer. El  corte del pico causa un dolor grave y crónico y un sufrimiento que los  investigadores han comparado con el dolor que sufren los humanos cuando  se les amputa un  miembro. Entre el tejido córneo y el hueso del pico  hay una gruesa capa de un tejido enormemente  sensible.
Los animales que son aprisionados ,no tienen privacidad y muy poca  oportunidad de estimulación mental o física, que da como resultado un  omportamiento autodestructivo llamado “zoocósis”.Un estudio estudio comprobó que los elefantes emplean el 22% de su tiempo en conductas anormales como sacudir su cabeza repetidamente o morder os barrotes de su jaula. Los osos pasan el 30% de su tiempo caminando de un lado a otro de su jaula en señal de estrés. Incluso animales rescatados de zoológicos mostraron constantes señales de zoocósis, como chimpancés que mordían sus propios cuerpos.
A pesar de que las comisiones de salud saben desde décadas que fumar  produce a cáncer de pulmón, enfisema y otras enfermedades, la industria  tabacalera, en un intento por encontrar evidencias de lo contrario,  sigue realizando dolorosos experimentos en perros, gatos, monos,  conejos, pollos, ratas, ratones y otros animales.

A causa de los prejuicios sociales, que consideran que un animal adoptado “vale menos” que uno por el que se paga, es que muchas familias prefieren fomentar la compra-venta de animales, pese a la irresponsabilidad con la que operan los criadores y comerciantes. Cuando se opta por la adopción, estamos salvando una vida y no fomentamos un lucro que funciona como “fábricas de cachorros” en las que, los perros que no son vendidos, terminan muertos porque “sobran” y nadie los compra.




